viernes, 8 de agosto de 2008

Los matices de una tragedia


El grupo Cuatrotablas, dirigido por Mario Delgado Vázquez, y una mirada histórica y poética sobre la identidad del Perú.

Por: Juan José Santillán
Fuente: ESPECIAL PARA CLARIN

Con Arguedas, los ríos profundos el grupo peruano Cuatrotablas, dirigido por Mario Delgado Vázquez, inicia una trilogía basada en la vida y obra del escritor José María Arguedas. En ese marco, la novela Los ríos profundos es la principal fuente de esta creación colectiva que construye una mirada histórica/poética sobre la identidad del Perú. Una investigación de tensiones entre lo andino y lo europeo; el castellano y el quechua. Y desde ese mestizaje, surge un lenguaje teatral que explora los matices de una tragedia cultural y social.

En Arguedas... los cuatro intérpretes -Fernando Fernández, Flor Castillo Alama, José Carlos Arteaga y Juan Maldonado- elaboran el entramado de una danza de canciones quechuas y tópicos andinos. Polifonía de voces que abordan el recorrido de un personaje: Ernesto. Y éste, a su vez, irradia otros, incluso, al propio Arguedas ya que el texto devela aspectos biográficos del autor peruano.

Si Los ríos... es una novela de formación, con un personaje adolescente deslumbrado por la geografía peruana hasta su adultez; la puesta de Cuatrotablas gravita sobre el movimiento y el constante traslado de los personajes. Un virtuosismo que algunos actores del elenco, principalmente Flor Castillo Alama y Fernando Fernández, desarrollan con mayor precisión.

De ese modo, con una escenografía de mínimos elementos, los actores desdoblan constantemente la temporalidad y las acciones que desarrollan en escena. Estos virajes son bruscos y no permiten una elaboración lineal de la anécdota. Esta propuesta no se inscribe en una didáctica de las fisuras tercermundistas, o en un pintoresquismo indigenista; el grupo indaga, más bien, la esencia de voces y rituales de un tiempo perdido.

El espectáculo trabaja, con una asesoría dramatúrgica de Fernando Olea Vargas, los tres primeros capítulos de la novela: "El Viejo", "El Viaje" y "La Despedida". Pero también incorpora el discurso No soy un aculturado, que Arguedas escribió por el premio Inca Garcilaso de la Vega en 1968. Sin embargo, el escritor se suicidó un año después de su consagración. De allí, que el viaje de Ernesto decante una tragedia latente aún en los momentos de mayor despliegue y belleza que alcanza el espectáculo.

Diario el Clarín

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