lunes, 15 de diciembre de 2008

Ismaela, el sueño del Director

Antonieta Pari, actriz integrante de la Quinta Generación de Cuatrotablas fabrica un sueño devenido de un sueño mayor, el sueño del Director. Sueño que se plasmó en un espectáculo de Cuatrotablas, llamado ‘’El pueblo que no podía dormir’’, y que se estrenó antes del ocaso de Sendero, cuando veíamos al país al borde de una nueva derrota; Antonieta participó de ese proceso final. ‘’Ahora, extremoso y revelador título que provoca una reflexión mayor del país, se transforma en una puesta donde la actriz encarna a una niña muda’’ que ha aprendido a hablar, y que saliendo del viejo ropero familiar, muchos años después, juega la misma historia pero ya crecida. Juega a los adultos, con ‘’sus muñecos’’, como sólo una niña puede jugar, con la verdad.

Y la verdad de Ismaela ‘’nos reconstruye una historia, llena de fantasmas y personajes donde la pertenencia a una patria inexistente sigue siendo la angustia de los peruanos’’. Ismaela, con su inocencia perdida pretende despertarnos del insomnio. Ismaela, es Antonieta Pari, una actriz que lucho 18 años por su profesionalización, lo cual implicaba aprender un método riguroso, basado en el entrenamiento del actor, que aunque no iba a ser el aliento mágico que le ayudaría a crear, sí era la disciplina que iba a modelar talento.

Hay actores que nacen con talento, con don y que lo pierden por falta de disciplina.


Antonieta es de la escuela disciplinada que fabrica talento. He visto muchos actores con tenacidad increíble transformarse en grandes artesanos del oficio. Antonieta ha fabricado un sueño imposible, la historia de Ismaela, 16 años después, la historia de un pueblo que no hablaba, mudo, quieto, paralizado, y que cuando sacaba su voz, sólo profería un grito.

Hoy Ismaela interpreta a sus amos, se transforma en ellos, se transforma en su protector, Santos Abraham, el sirviente de la casa de Cruz, Adelma y Jacinto; pero sobre todo se mimetiza en el Patriarca y se rebela, pero quizás todavía no es el tiempo, le dice Santos Abraham y vuelve al ropero del cual escapó… pero ya es otra, no es más inocente.

Mario Delgado Vásquez

0 comentarios: