Mi espacio Sagrado

Todos tenemos algo sagrado en la vida, quizás muchas cosas, de repente solo una, pero al fin y acabo tenemos algo que es intocable y respetado que puede ser tu padre, o tu madre, tu religión, un objeto, un amigo querido, etc...; esto no es algo nuevo ya que muchos filósofos, psicólogos o historiadores han estudiado desde tiempos ancestrales a que conlleva a denominar a algo ‘’sagrado’’. Eliade decía que lo sagrado requiere de un ‘’espacio sagrado’’, que es cargado de una energía mágica, quizás cósmica de aquellas personas que están dentro de ella y ocupan el lugar que en ese momento para ellos se convierte en el ‘’eje del mundo’’.

Es por eso que puedo decir porque mi espacio de ensayo es ‘’sagrado’’, porque se vuelve en nuestro único espacio donde podemos todos (los actores) compartir los mismos objetivos, nuestras mismas vivencias, emociones, acciones, con un respeto al trabajo y con una energía que no pasa desapercibida por ninguno de los compañeros, todo esto lo convierte en un rito que es intocable y respetado.

Aquel que no respeta su espacio de trabajo, no respeta a su maestro, sus compañeros ni a si mismo, ya que el espacio pasa a ser solo un montón de cemento invaloro donde la energía encontrara ‘’ventanas’’ donde poder salir, perdiéndose el rito mágico de las acciones-emociones; llevándolo a un trabajo superficial y no verdadero.