martes, 12 de junio de 2007

Miriam Fonseca es Nina, una actriz que aprende


Cuatrotablas presenta el tercer espectáculo de su Terceto, “Nina, una actriz que aprende”. Después de los rotundos éxitos de Jutta Linz con Ofelia y Fernando Fernández con su César Abraham, llega Miriam Fonseca con un reto dramatúrgico y actoral de gran envergadura; encerrar con respeto pero creativamente a La Gaviota de Chéjov en un unipersonal donde la ilusión de una mujer, que de alguna manera pudieran ser todas las mujeres, aparece como el factor que moviliza e inmoviliza a la humanidad, el amor. Gran tema estigmatizado, banalizado y sacralizado en todas las artes de todas las épocas. Nuevamente el método de Cuatrotablas confiere vida orgánica a un personaje para su construcción en manos de una actriz intensa que logra gobernar las temperaturas de sus emociones para no dejar de sorprendernos. Miriam Fonseca, actriz madura en su juventud y perteneciente a la séptima y última generación de Cuatrotablas nos abruma, captura y encandila por haber logrado resucitar un sentimiento cada vez más lejano en estos tiempos de globalización, individualismo y falta de solidaridad; la ilusión, aquella que se vuelve en el dínamo iluminador que sostiene la existencia y sin la cual la oscuridad nos persigue como enemigo neutralizado por el candor, el deseo y la apuesta a la felicidad. Fonseca logra lo imposible, fundir a la actriz, al personaje y a Chéjov en un indivisible átomo presto a estallar en la categoría de lo inolvidable.

Fernando Olea

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